El 2 de Diciembre se cumplen 500 años
de la muerte de Gonzalo Fernández de Córdoba o Ferrández o incluso Hernández,
que para todos los gustos hay entre los historiadores tanto de ahora como de
entonces a la hora de dar nombre a nuestro héroe, aunque lo más lógico habría
sido Fernández de Aguilar como también aparece en documentos de la época. Sea
como fuere, Gonzalo pasó a la historia como el Gran Capitán debido a sus éxitos
militares en la península itálica y no a los de la conquista de Granada, donde
si bien tuvo un papel sin duda importante, por su cercanía a los Católicos
monarcas, habría quedado oculto en el tiempo si no fuera por lo que vino
después y gracias a la intervención de otro héroe que se perdió en las nieblas
del olvido.
¿Quién era este otro héroe?, ¿qué
hizo por nuestro Capitán? También en esto hay algunas dudas, aunque es fácil
entenderlo entre papeles con tanto polvo acumulado. Existen dos versiones de la
historia que si bien difieren poco en lo importante, sí lo hacen en algo que
estaría bien conocer, el nombre del protagonista; así que nos centraremos en
aquello que ambos historiadores o cronistas parecen dar por bueno:
En las escaramuzas producidas durante
el asedio a Granada, siendo Gonzalo uno de los capitanes al servicio del rey
Fernando, y mientras mantenía combate en la vega del rio Genil contra un grupo
de guerreros del reino Nazarí, vio que cabalgaban hacia ellos un gran número de
jinetes que reforzarían ese pequeño grupo enemigo contra el que mantenían
combate en igualdad. Pasó Gonzalo al otro lado de una acequia y se enfrento a
los moros mientras mandó a sus hombres huir diciéndoles: “Gocemos oy señores del error de los
enemigos que tan descauillados vienen y seamos capitaneados de vergÿuenza y no
de temor, que si comunicamos el ardid, no participemos el huir y nuestra huida
bolvamosla en ira y demos vuelta” Mientras todos giraban sus cabalgaduras y emprendían la huida,
Gonzalo vio cómo su caballo herido caía a tierra dejándole indefenso ante las
huestes que se acercaban. Fue entonces cuando nuestro héroe desconocido
apareció en escena. Un escudero al parecer de nombre Valenzuela para unos pero
Íñigo de Mendoza para el cronista Pérez del Pulgar, quien se recrea más en la
historia, que al ver la situación en que su capitán se encontraba, saltando a
tierra ofreció su caballo a Gonzalo diciendo: “tomad
señor este, ca de pie no vos podreys salvar lo que yo sí”. Galopaba nuestro hidalgo para alcanzar a sus
hombres camino del real cuando aún pudo ver cómo el heroico escudero era atacado
y muerto sobre la acequia.
Cuentan los cronistas, ambos en este
caso, que el bueno de Gonzalo haciendo honor al nombre que más tarde sus
hombres le darían, se interesó por conocer quién era aquel que en un acto que
no llegaba a comprender, había entregado su vida a cambio de la de su señor y
que conociendo que tenía mujer e hijos, se encargo del cuidado de todos ellos
por el resto de su vida.
Valenzuela o Íñigo de Mendoza, que lo
mismo nos da, escudero en las guerras que pusieron fin al reino de Granada,
murió en aquel año de 1.491 en una acequia inundada de las fértiles huertas del
valle del Genil con el único fin de permitirnos a todos contar con la figura de
“El Gran Capitán” que más tarde vendría. Conmemoremos los 500 años de la muerte
de Gonzalo, que sin duda fue un Gran Capitán, pero hagámoslo recordando y
agradecidos al “Gran Escudero” sin cuyo acto nada habría que recordar, pues
habría pasado a la historia como un hidalgo andaluz que murió en una acequia
del Genil.